Un Marco de Consistencia Macroeconómica para la Economía Ecuatoriana: Un Regreso a los Fundamentos

AutorIvan Gachet - Diego Grijalva - Ana Rivadeneira - Carlos Uribe
CargoFuncionarios de la Dirección de Investigaciones Económicas del Banco Central de Ecuador
Páginas5-65
CUESTIONES ECON ´
OMICAS Vol 23, No 3:3-3, 2007 5
Un Marco de Consistencia Macroecon´omica para la
Econom´ıa Ecuatoriana: Un Regreso a los Fundamentos
Ivan Gachet Diego Grijalva Ana Rivadeneira
Carlos Uribe *
Resumen
Este documento presenta un Modelo de Consistencia Macroecon´omica para una econom´ıa
dolarizada como la Ecuatoriana. Sobre la base de un simple marco contable que combina la
matriz de contabilidad social con el f‌lujo de fondos, se integran los diferentes sectores de la
econom´ıa a trav´es de una matriz de ingresos, gastos, ahorro y acumulaci´on de activos y
pasivos. Esto se hace mediante la Matriz de Consistencia desarrollada por Easterly (1989),
ya que especif‌ica los v´ınculos entre las fuentes y usos de fondos, as´ı como entre las cuentas
de cada sector institucional. Este enfoque garantiza la consistencia de la informaci´on
procedente de diferentes fuentes de tal manera que se cumple con las restricciones
presupuestarias intra- e intersectoriales para cada uno de los cinco sectores y para la
econom´ıa en su conjunto. De este modelo es posible obtener una estimaci´on de la liquidez,
los subsidios del gobierno, y las brechas de la econom´ıa ecuatoriana.
Abstract
This document presents a Macroeconomic Consistency Model for a dollarized economy
such as Ecuador. Based on a simply accounting framework that combined the social
accounting matrix with the f‌low of funds, we integrate the dif‌ferent sectors of the
economics through a matrix of income, expenditure, saving, and asset and liability
accumulation. This is done by using Easterly’s (1989) Consistency Accounting Matrix
which specif‌ies the linkages between sources and uses of funds as well as between
institutional sector accounts. This approach ensures the numerical consistency of data
drawn from dif‌ferent sources in such a way that, both, the sectoral budget constraints as
well as the overall economy-wide budget constraints are simultaneously satisf‌ied. From this
model we were able to estimate the liquidity of the economy, the actual amount of
government subsidies, and the gaps in the ecuadorian economy.
*Funcionarios de la Direcci´on de Investigaciones Econ´omicas del Banco Central de
Ecuador. Los autores agradecen a Miguel Acosta y Wilson P´erez por el apoyo brindado
para que este proyecto se concrete. Tambi´en agradecemos la colaboraci´on a Danilo Estrella,
Ramiro P´erez, Wilson Vera y Diego Ben´ıtez por su apoyo a trav´es de provisi´on de informa-
ci´on y las discusiones metodol´ogicas sobre la elaboraci´on de las estad´ısticas a lo largo de todo
el proyecto. Los comentarios vertidos en este documento son de exclusiva responsabilidad de
los autores y no representan la posici´on of‌icial del Banco Central del Ecuador.
6CUESTIONES ECON ´
OMICAS
1. Introducci´on
El f‌in ´ultimo de las pol´ıticas macroecon´omicas monetaria y f‌iscal es pro-
mover el crecimiento y el desarrollo de un pa´ıs en el corto y largo plazos. Pese
a ello, existe un alto grado de incertidumbre respecto de la relaci´on existente
entre pol´ıticas y objetivos concretos. La literatura que analiza esta relaci´on
concluye que si bien “las pol´ıticas importan,” la conexi´on entre el manejo
econ´omico en el corto plazo y el crecimiento en el largo plazo contin´ua siendo
una de las ´areas m´as controversiales al interior del an´alisis econ´omico. En par-
ticular, debido a que los distintos elementos de la pol´ıtica econ´omica tienden a
correlacionarse -por ejemplo, altas tasas de inf‌laci´on suelen estar acompa˜nadas
de inestabilidad pol´ıtica, elevados d´ef‌icits f‌iscales, baja inversi´on en infraestruc-
tura, entre otros- los estudios emp´ıricos no han podido identif‌icar con certeza
qu´e factores de la pol´ıtica macroecon´omica son relevantes y cu´ales no (Temple
1999). Adicionalmente, la conexi´on entre crecimiento y desarrollo no es ni tan
clara ni tan autom´atica como en alg´un momento se pens´o (Easterly 1999).1
Pese a las dif‌icultades que esto genera en cuanto a la def‌inici´on de pol´ıticas
apropiadas, tambi´en abre un nuevo espacio de acci´on en el que es posible ex-
perimentar y evaluar de forma contextual la incidencia de la pol´ıtica econ´omica
pues, como se˜nalan Fern´andez, Grijalva y P´erez (2006), la fusi´on del concepto
de desarrollo con el de crecimiento econ´omico gener´o un marco para la apli-
caci´on de pol´ıticas econ´omicas que en la pr´actica se orientaron exclusivamente
al segundo, dando como consecuencia logros muy limitados en t´erminos de re-
ducci´on de la pobreza y de la desigualdad. Adem´as, esta limitada concepci´on
de la funci´on de la pol´ıtica econ´omica llev´o a que ni siquiera se alcanzaran
los resultados esperados en t´erminos de crecimiento. En este sentido, Easterly
(2007b) demuestra que la falta de logros en t´erminos de desarrollo -esp ec´ıf‌ica-
mente en cuanto a la reducci´on de la desigualdad- tiene efectos negativos sobre
el crecimiento econ´omico.
Algunos estudios tienden a debilitar o calif‌icar conclusiones previas como
por ejemplo los benef‌icios de la apertura comercial y de la reducci´on del tama˜no
del gobierno, mientras que otros tienden a contradecirlas, como en el caso del
supuesto impacto negativo del crecimiento poblacional y de la desigualdad. Sin
embargo, se debe reconocer tambi´en que en varios aspectos importantes, la e-
videncia reciente tambi´en conf‌irma la sabidur´ıa convencional por ejemplo en
relaci´on al importante papel de la profundizaci´on f‌inanciera y del avance tec-
nol´ogico. En este sentido, Easterly (2007a) concluye que “[e]n el nuevo milenio,
un grupo notablemente amplio de acad´emicos y tomadores de decisi´on parece
estar de acuerdo en que, despu´es de todo [...], quiz´as no sabemos c´omo alcanzar
1A partir del trabajo de Sen (1999) se estableci´o def‌initivamente una separaci´on entre los
dos conceptos, siendo el desarrollo un concepto m´as amplio entendido como la existencia de
oportunidades y de capacidades para la consecuci´on de las libertades de las personas.
GACHET, GRIJALVA, RIVADENEIRA Y URIBE: MODELO DE CONSISTENCIA 7
el desarrollo.” Quiz´as el cambio m´as importante dentro de esta cr´ıtica radica
en que, como af‌irma el Banco Mundial (World Bank 2005), se ha desmentido la
visi´on de que en el contexto de las pol´ıticas de desarrollo existe un conjunto de
reglas universales, aplicables independientemente de las condiciones hist´oricas,
culturales, sociales, institucionales y pol´ıticas de cada sociedad particular. Por
el contrario, el consenso parece ser que las pol´ıticas deben desarrollarse e im-
plementarse de manera contextual desde y para cada sociedad (Rodrik 2007).
Esto plantea un reto dif´ıcil pues la direcci´on a seguir no es tan clara co-
mo se pensaba. Rodrik (2006) resume las dudas existentes al af‌irmar que “la
pregunta no es si el Consenso de Washington est´a vivo o muerto; es qu´e lo
va a reemplazar.” Por supuesto, esto no implica empezar desde cero. En la
actualidad sabemos mucho acerca del desarrollo. El problema, como se˜nala
(Easterly 2007a) es que “no sabemos c´omo ir de un punto al otro,” es decir,
no sabemos c´omo crear desarrollo.2A la luz de este reconocimiento, se vuelve
indispensable repensar varios de los supuestos no cuestionados ni cuestiona-
bles de hace algunos a˜nos y, especialmente, evaluar su pertinencia o no en
cada contexto particular. De igual forma, considerando la obvia limitaci´on de
recursos disponibles para llevar adelante pol´ıticas de desarrollo, Rodrik, Haus-
mann y Velasco (2005) proponen la necesidad de empezar con un diagn´ostico
de crecimiento que identif‌ique las restricciones que efectivamente lo limitan.
Sobra decir que dicho esfuerzo no puede estar guiado por un conjunto prede-
terminado de pol´ıticas, sino que ´estas deben def‌inirse en el camino en funci´on
de las restricciones encontradas. Claramente, esto representa un reto para los
dise˜nadores de pol´ıticas de los pa´ıses en v´ıas de desarrollo, quienes deber´an
desarrollar respuestas contingentes frente a contextos espec´ıf‌icos en un proce-
so que necesariamente estar´a marcado p or un alto grado de experimentaci´on
y aprendizaje (Rodrik 2006).
Ahora bien, este cambio de visi´on no implica que debamos asumir que
todas las pol´ıticas implementadas previamente estuvieron fundamentalmente
erradas y def‌inir el nuevo conjunto de pol´ıticas de desarrollo suponiendo que
hacer (todo) lo contrario es el camino a seguir. Para entender este punto cabe
recordar el debate existente a f‌inales de los a˜nos 70 e inicios de los 80. En efec-
to, las pol´ıticas propuestas e implementadas por el “Consenso de Washington”
(CW) consistieron a grandes rasgos en el opuesto a las planteadas por la “In-
dustrializaci´on por Substituci´on de Importaciones” (ISI). En este sentido, cabe
recordar que incluso uno de los m´as fervientes cr´ıticos de la implementaci´on de
las pol´ıticas del CW, Stiglitz (2002), af‌irma que ´estas fueron dise ˜nadas para
2En la ra´ız de este problema radica el hecho de que la teor´ıa econ´omica neocl´asica es una
teor´ıa est´atica no adecuada para entender el proceso inherentementedin´amico del desarrollo.
Para comprender este proceso lo que se requiere es una teor´ıa del cambio econ´omico, pol´ıtico
y social (North 2001).

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