Espíritu de modernidad y supervivencias feudales en la conquista española de América

AutorFernando de Trazegnies Gratula
Páginas76-89
76
ESPIRiRi
DE
MODERNIDAD
Y
SUPERVWENCIAS
FEUDALES EN
LA
CONQUISTA
ESPAÑOLA
DE
ÁMIRICA
Espíritu
de
modernidad
y
supervivencias
feudales
en
la
conquista
española
1
Fernando
de
Trazegnies
Granda
de
América
1.
Planteamiento
de la
cuestión
La
tesis
que
plantea
este
ensayo puede resumirse
en
la
idea
de
que
la
conquista
española
de
América
asume hasta
un
cierto
punto
los
nuevos valores
de
esa
modernidad
que
en
el
S.
XVI
comienza
a
marcar
el
camino
de
la
historia
eu
ropea;
pero,
a
su
vez,
la
Conquista
despierta
muchos
fan
tasmas
del
pasado
y
de
alguna
manera
reanima
formas
so
ciales
medievales
dentro
de
un
contexto temporal
y
cultu
ral
absolutamente diferente
de
aquel
que
les
dio
origen.
Y
es
así
como
se
crea
en
América
una
particular dialéctica
en
tre
lo
nuevo
y
lo
viejo, entre
la
modernidad
y
las
formas
medievales.
Dentro
de
este
contexto,
cabe
preguntarse
si
la
con
quista
de
América
por
España
es
una
expresión
de
os
nue
vos
tiempos modernos
que
apuntan
en
ese
horizonte
histó
rico
o
si,
por
el
contrario, constituye
un
remanente
feudal
dentro
de un
mundo
que
comienza
a
cambiar.
Y,
en
verdad,
lo
sucedido
en
Indias
es
difícil
de
clasificar.
II.
Vacilaciones
entre
las
ideas
modernas
y
los
residuos
feudales
1.
La empresa
renacentista
a.
Nacimiento
del
individualismo
Desde
una
cierta
perspectiva, podría decirse
que
esta
extraordinaria
hazaña
constituida
por
el
descubrimiento
y
la
Conquista
de
América
es
una
típica
obra
renacentista:
esa
sed
no
sólo
de
gloria
sino
también
de
riqueza
que
im
pulsa
al
conquistador,
ese afán
de
romper
los
estrechos
mites
parroquiales
para
lanzarse
al
descubrimiento
de
nue
vas
tierras,
ese
dinamismo
creador
de
mundos,
parecen
co
rresponder
mejor
a
una
versión
“tremendista”
de
lo
que
ahora
entendemos
por
Renacimiento,
antes
que
a
una
con
tinuación
del
ordenado espíritu
medieval.
Aún
cuando
el
conquistador
no
sea
precisamente
la
personificación
de
ese
uomo
universale
que
ha
dominado
todos
los
elementos
de
la
cultura
de
su
tiempo,
sin
embar
go
su
espíritu
está
imbuido
de
una nueva noción
de
gloria,
más
individual,
mas
desorbitada,
que
lo
aproxima
a
la
men
talidad
renacentista.
El
hombre
medieval
tenía
como
un
ideal
-alcanzable
sólo
por
algunas personas-
la
realización
de
hazañas
gloriosas; pero
el
Renacimiento
democratiza
este ideal,
lo
generaliza,
hace
que todo
hombre
se
sienta
ca
paz
de
pretenderlo.
Y,
entonces,
surge “con
inquietante
evi
dencia,
una
ambición
sin
límites
y
una
sed
de
grandezas,
independiente
de
todos
los
medios
y
consecuencias”,
“un
ardiente
deseo
de
lograr
algo
grande
y
memorable”
a
cual
quier
precio’:
los
italianos
desarrollaron
esta
aspiración
in
novadora
en
la
política
y
en
el
arte;
los
españoles
lo
hicie
ron
en
la
navegación
y
en
el
descubrimiento
de
nuevos
mundos.
El
entusiasmo
de
lo
nuevo,
el
espíritu individualista
in
cipiente
y
la
democratización
del
deseo
de
gloria
que
apor
ta el
Renacimiento
van
a
encender
la
mente
del
hombre
es
pañol
del
S.
XVI.
Y es
en
ese
sentido
renacentista
de
afir
mación
del
individuo
que
debemos
entender
la
afirmación
de
Ots
Capdequí
cuando
afirma
que
“el
descubrimiento,
conquista
y
colonización
de
América
española
fue
una
obra
eminentemente
popular.
Significa
esto
que
en
las
ex
pediciones
descubridoras
predominó
el
esfuerzo
privado,
individual,
sobre
la
acción
oficial
del
Estado”
2
.
Esfuerzo
privado
en
los
empresarios
de
la
conquista,
entusiasmo
in
dividual
y
popular
en
ese gran
número
de
españoles
que
de
cidieron
lanzarse
a
la
aventura,
ampliar
sus
horizontes
has
ta
lo
desconocido
y
obtener
las
deseadas
glorias
y
riquezas.
Como
indica
Maravali,
en
España
se
desarrolla
con
Carlos
V,
paralelamente
a
la
afirmación
medieval
del
Impe
rio,
una
afirmación
renacentista
que
se
manifiesta
en
una
concepción
del
hombre considerado
como
“un
existente
concreto
y
singular,
en
su
dramática
conexión
con
el
mun
do
en
torno”
3
.
b.
Nacimiento
del
Estado
Es
también,
sin
lugar
a
dudas, una
manifestación
de
la
modernidad
la
aparición
de
ese
Estado
central que
se
atis
ba
en
España
a
fines
del
5.
XV,
al
que antes
me he
referido
en
este
ensayo
y
que
irá
poco
a
poco
consolidándose
hasta
devenir
en
u
Estado-Nación,
superando
las
particularidades
y
la
difusión
del
poder
político
que
es
característica
de
las
sociedades
medievales.
1

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR