Lotería
Autor | Ramiro Díez |
Páginas | 27-27 |
27
AJEDREZ
LOTERÍA
Más de uno habrá soñado con ganarse la lo-
tería. Hay quienes – si la suerte les sonriera—
se imaginan dejando de trabajar y montando
varios negocios para, ¡qué ironía!, trabajar más
que antes. Otros, en sus fantasías, reparten el
dinero a manos llenas, ayudan a los familiares
y amigos, y a todo el que necesite una mone-
da. Ha habido el caso, nada extraño, de premios
gigantescos de lotería que se quedaron sin co-
brar para siempre jamás, y el multimillonario
que hubiera sido, sigue por ahí, como cualquier
paisano, ignorante de su suerte despreciada, sin
saber que ganó millones que nunca cobró, y el
boleto ganador está también por ahí, olvidado y
ya sin ningún valor.
Más de una historia se podría contar de todos
aquellos que alguna vez han apostado a la lote-
ría y, también, más de una historia de aquellos
que alguna vez se la ganaron.
Uno de ellos se llama Ronnie Music (nombre
real, no artístico), que vivía en Waycross, Geor-
gia, un pueblecito de 15.000 habitantes, diseña-
do para morir de tedio. Lo más importante del
lugar es el mismo Ronnie Music, personaje que
tiene una inteligencia diseñada para asombrar
a todo el mundo. Ronnie ya había vivido algu-
nas experiencias carcelarias por delitos e infrac-
ciones menores. Finalmente, a los 45 años, y
después de equilibrarse un poco, trabajaba en
el mantenimiento de algunos edicios, con un
salario que le permitía llegar vivo a n de mes.
Y un día entró a una tienda de su barrio y con
el dólar que le sobraba, compró la lotería. Resul-
tado, se ganó tres millones de dólares.
Enseguida se compró casa y carro nuevo, y de-
cidió viajar con su esposa e hija a los lugares
exóticos con los que siempre soñó. De paso,
ayudó a familiares y amigos que lo necesitaban.
Con el dinero que le restaba, que era bastante,
invirtió en propiedad raíz y se aseguró rentas-
y el ajedrez
Ramiro Díez
1: Dg8!!; Dxg8
2: Rd3 y nada deti ene el mate con c4
mensuales que superaban los 40.000 dólares,
que era mucho más de lo que podía gastar al
mes.
Mentira. Nada de eso.
En un arranque de anti-inteligencia suprema,
Ronnie decidió que quería ser aún más rico y
se metió en el negocio de las drogas. El resul-
tado fue de ponerse a llorar. La policía capturó
a un grupo de tracantes de metanfetaminas
y decomisó autos de lujo, armas, municiones, y
más de 600.000 dólares en efectivo. Los dete-
nidos contaron y cantaron todo lo que sabían, y
señalaron a Ronnie Music como el proveedor y
jefe de la banda. A Ronnie le incautaron todos
los bienes, no tiene con qué pagar un abogado,
y ha confesado su delito para rebajar la pena
que podría ser de cadena perpetua.
En ajedrez, también, hay reyes condenados que
parecían tenerlo todo
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