En tiempos de globalización

AutorMarena Briones Velasteguí
Páginas82-86
SECCIÓN LIBRE
En
tiempos
de
globo
lización
Marena
Briones
Velaste
gui
El
poder
de
decisión
se
ha
descolocado,
no
sólo
internacional-
mente,
sino
también
nacionalmente.
El
Estado-nación
y
su
con
figuración
jurídica
se
han
visto
sacudidos,
además,
por
los
ímpetus
descentralizadores
y
las
reinvindicaciones
locales
de
sus
co-
rrespondientes cuotas
de
poder.
LAS
RAZONES
SALTAN
A
LA VISTA
Sin
entrar
por
el
momento
en
las
consabidas
distincio
nes
que
problematizan
y
enriquecen
la
reflexión
en
tomo
a
la
definición
del
término
derecho,
ni
a
los
rasgos que
di
ferencian
a
los
diversos
sistemas
jurídicos
2
,
que
conferirían
matices
al
análisis
de
la
afirmación
que
continúa,
es
im
prescindible volver
la
mirada
hacia
una idea que
ha
vivido
largamente
vinculada
a
las
percepciones
y
consideraciones
formuladas
sobre
el
fenómeno
jurídico:
su
tendencia
con
servadora.
Puesto
de
cara
a
la
sociedad
y
a
la permanente
movilidad
de
que ella
goza,
el
derecho
aparece siempre
co
mo
la
tortuga
frente
a
la
liebre.
Nadie
—me
parece-
aún
ad
hiriéndose
a
la
tesis
de
que
el
derecho
puede
ser
un
fac
tor
de
cambio
social,
osaría
sostener
que
las
transformacio
nes
jurídicas
pueden sucederse
más
rápido
o
antes
que
las
transformaciones
sociales,
y
eso
que,
sin
duda,
las
primeras
pertenecen
también
al
ámbito
de
las
segundas.
Una
manera
de
enfocar
lo
antes
dicho,
por
ejemplo,
es
retomar
la
constatación
de
que
Todo
derecho,
en
la
medi
da
en
que
establece
e
impone
una
determinada
organiza
ción
del
grupo
social
y,
en
consecuencia,
funciona
como
sistema
de
control
social
y
de
seguridad
jurídica, conileva
inevitablemente
la
consolidación
de
posiciones
que, en
principio,
implican por
mismas
un
cierto tipo de
resisten
cias
al
cambio
social.
3
No
es
que esté
desprovisto
de
dina
mia,
puesto
que
de
hecho
se
modifica;
sino que,
por
men
cionar
una
sola
circunstancia,
su
formalización está
supedi
tada
a
los
límites que
las
instituciones
y
los
procedimientos
le
imponen.
Por
otra
parte,
la
propia
enseñanza
del
derecho
suele
poner
énfasis
en
una
actitud
más
bien
ortodoxa
de
los
ope
radores
jurídicos.
Si
bien
la
hermenéutica, camino
ineludi
ble
del
conocimiento
jurídico
y
de
la
aplicación
de
sus
pre
ceptos, da
aliento
a
argumentos
a
favor
de
un
ámbito
crea
dor
de
derecho
en
la
actividad
que
desarrollan
los
jueces,
tal
hipótesis
no
deja
de
tener
oposición
en
el
mundo
jurídi
co,
particularmente
en
el
de
tradición continental
europea.
Con
más
o
menos
dosis
de
conservadurismo
e
inclusi
ve
con
su
relativa
potencia
para
incidir
en
el
cambio
social,
lo
cierto
es
que
el
derecho,
en
toda
la
extensión
que
la
pa
labra puede
comprender, tiene
un
ritmo
que
no
se
compa
gina
con la
fuerza
de
la
cadencia
social.
Si
eso
ha
sido
así
hasta
hace poco,
en
que
dicha
cadencia
era
jurídicamente
al
menos llevadera, ¿qué
está ocurriendo
con
el
derecho
hoy,
en
que
asistimos
a
un
vértigo
de
innovaciones tecnológicas
y
modificaciones
socio-polftico-económicas,
cuyas
conse
cuencias todavía
son
impredecibles?.
Esa
es la
pregunta
clave
que, en
estas
líneas,
más
que
tratar
de
responder
a
plenitud, quiero
compartir
con
los
lec
tores
y
las
lectoras
de estas
páginas
universitarias
que
han
asumido
la
gratificante
e
impostergable
tarea
de
convocar
al
pensamiento
y
al
debate.
Todas
las
épocas han
demanda
do
elaboraciones
humanas
sobre
los
múltiples
asombros
que han
producido; pero
la
actual
no
sólo
que
conileva
el
reto
y
la
obligación propios
de
cualquier
presente,
sino
que
parece
no
tener
parangón
con
alguna
otra
en
su
acelera
miento
y
en
su
complejidad.
4
¿SE
DESVANECE
EL MUNDO?
La interrogación
no
podía pasar
desapercibida.
Los
si
glos
XIV
y
XV
vieron iniciarse
y
consolidarse
un
sistema
económico
orientado
por
la
racionalización
de
los
negocios
hacia
el
máximo
beneficio;
un
sistema político fundado
en
la
razón
de
Estado
como
norma
suprema;
un
sistema
social
cuyo
norte era
el
hombre
como
medida
de
todas
las
cosas;
y
un
modelo
de
conocimiento
basado
en
el
empirismo
y
la
perfección.
El
siglo
XVII, oscilando entre
su
esplendor
ar
tístico
y
la
violenta
intransigencia
de
un
Estado absolutista,
dio
cabida
a
un
nuevo método
científico
que
conjugaba
la
experiencia
con la
especulación,
la
comprobación
y
la
construcción
de
un
sistema
generalizador
y
dio
como
resul
tado la
visión
modema
de
la
ciencia.
El
siglo
XVffl
fue
el
siglo
liberalmente
burgués:
libera
lismo
económico,
liberalismo
político
y
un
racionalismo
empirismo
filosófico.
Fue
también
el
siglo
de
la
que
puede
ser
considerada
la
primera
gran
jornada
feminista, pero
su
marca
de
fábrica
fue
la
revolución
industrial.
Con ella
ad
quirieron
otras
dimensiones
las
relaciones
laborales,
los

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