Amor y machismo: reflexiones a propósito de un loco que ama

AutorFelipe Burbano de Lara
Páginas43-51
I
MUJERES.
POUllCA Y
AM
OR
Amor ymachismo
REFLEXIONES
A
PROPOS
ITO
DE
NLOCO QUE
AMA
1
En
soc
ie
dades
d
onde
el
hombre
pred
omin
a co
mo
eje d
el
po
der en
l
as
r
el
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s
de
g
enero
.
~
c
6m
o
entender
el discur
so
del
amo
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Felipe
B
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r
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Eire
las
muchas cosas que empezamos
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ar
am, esra el
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nos mos
trado
1a conexi6n en
tre
una pr
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i
ca
ma
ch
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ur
so
del
amor
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bras
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nos pcngamos a pen
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en
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laci6n, y
tr
atar de ve rla en sus vm
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-
los parad6jicos. En
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te articulo me propon-
go expl
ora
r esa paradoja a
part
ir de la si-
guiente idea: as umo que un cie
rto
discurso
del
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r parece necesarto e inherente al
machismo. Me mteresa esrablecer las reta-
clones en
tre
est
es
dos m
em
ent
os de las re-
laciones hombrelmujer, y verlos como par-
te de un mismo encadenamle nto. Por ma-
chismo entiendo una relaci6n de gene
ra
en
la cual el poder y los privitegios favo
rec
en
al homb
re
en
p
er
jui
ci
o de la mujer. Se
tr
ate
de una relacion de gene
ra
sustenta
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da
en
la idea de una supuesta super io
ri
da
d del
homb
re
so
bre
la mujer . Yper disc
ur
so en-
tie
ndo
un
modo
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al
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co
mo sujeto- a
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s y los
gest
os
. Las pr e-
gunt
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que
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s
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, Que jer
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quias yviolencias hace posible y
legu ima en cont
ra
de
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muje r? , Que siste-
mas de oposi
ci
6n ydifereneia pone en j oe-
go?
43
en
o
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-
En
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-
44
MUJERES,
POLITICA
Y
AM
OR
EL
ESCENARIO
Las
pr
eguntas s
urs
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rt
ir de las
im
pr
esiones e int
err
ogantes prcvocadas por
18 presentacion del CD "Un Loco que A
ma
".
S
ur
gen, por 10 t
an
to, a
pa
rti
r de
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mu
y
pa
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res
en
taci6n del
arnor. El
esc
e
nar
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rda
do. Las fie
sta
s
de cctubre de Guayaquil y la
pr
esentaci6n
del
Prim
er
Mand
at
ari
o en el Coliseo Walter
Paladines, acompaaadc de los ya i
nr
altables
Iracundos. Fue una p
re
sentaci6n
carg
ada de
imagenes, r
ep
resentaciones, signos, al
mis
-
mo
tie
mpo que Abdala Bucaram
en
tona ba
las cenciones con l
as
cuales
"e
namoro' a R
o-
sita Pulley
(1)
.Mten
tr
as
ent
ona las melodfas
mas romanticas, la televisi6n se lI
en
acan
ima ge
nes
en
te
rnec
edo
ras
de su e
sp
o
sa
. Los
cantos mas
im
paeta
ntes fueron "T u
co
ne
l"
y
"Puerto Montt". En los mom
en
t
os
estelares,
cuando Rosita Pulley
co
pa la pantalla, A
bda
-
la apa
rece
enam
orado
,
se
ductor,
ro
mantico,
conq uistad or. Todo su a
mor
va para ella.
En la p
an
t
all
atambien aparece
co
n f
re
-
cue
ncia Ro
sa
lia A
rteaga
,
la
vicep
res
identa .
Como explicarsus apariciones? Carlos de la
Torre
ha mo
str
ado
co
mo d
uran
te
la
cam
pa-
na elect
ora
l, en el
ju
ego de la t
art
ma, A
bdala
se
du
jo
pe
rma
ne
n
tem
ent
e a Rosalfaponi
endo
a fun
ciona
r u
na
fanta
sia
en la c
ua
l concu-
rrian d
es
de las ilusione s sexual
es
machis tas
hasta las d
if
er
en
c
ia
s de
c1
ase
(2). En aquella
pres
ent
aci
en
d
el
CD, el "loco que ama" rei-
t
er
c es
te
juegc seducto r. EI
esce
nario per-
milio, pues. que
amo
rypolfti
ca
se
conjuga-
ran
de un solo toque p
ar
a descu
bri
rse a sf
mism
os en las fi
gura
s de Rosita
Pu
ll
ey
y Ro-
salfa A
rt
eag a, y crre
ce
rnos a lgunas
c1
aves
de lectura sobre las
re
la
cicnes de
ge
ne
ra
en
la s
oc
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ec
uatc
rtana
.
PRESENCIA
Y
AUSENCIA
P
rim
er
a
im
pr
esi
cn
del e
sce
narto. En el
discurso
mac
his
ta
d
el
amor
, la mu
je
r ti
en
e
una
pr
es
en
ci
atotal, copa
la
palltalla, mi
en
-
tr
as en la vida
co
tidiana
es
a pr e
se
ncia se
opa
ca
,
se
vuelve invisible. En la
cot
id
ia
nidad
Rosita Pulley es una exclui
da
del pod
er
, una
Pr
im
er
a Dama que no
ac
tlia, una muj
er
que
pe
rma
ne
ce
fuer
a
de
la
esc
ena pu blica -
es
-
cen
ci
alme nle rna
sc
ulina-, y
se
refug
ia
en el
ambi
to
privado de la
casa
y
el
ci
udado de los
h
ij
os. Po
ca
s par
ej
as enca
ma
n tan
bie
n y Ian
ni
tidame n
te
esto q
ue
las f
emi
ni
st
as
han
cue
sti
onad
ocomo la division de 10 publico y
privado en tanto e
srera
s
ca
n genere; 10 pu-
bli
co
co
rre
s
pc
nde a 10 masculine y 10 pr iva-
do a 10 femenino. Rosita Pulley no ha podido
trasc
en
der e
sa
ba
rrera
ni siqul
era
como pri-
m
er
adama. A este
"ex
tre
me" lIega su posi-
ci
on
.
De jgual f
orm
a, en la practicecotidiana
del p
od
er
y del gublerno, Rosalia Arteaga
encuentra per manentes obstaculos
par
a
l1CU-
par
un
es
p
aci
o publico. EI
re
gimen quiere
conden
ar
la al silencio, a la mvisibilidad. Ca-
da vez que aparece puhhcamente, que dis-
c
re
pe. viene la a
rr
emeude: golplsta, traido-
ra , ambiclesa. Su insercion
en
el
regi
men
tie
ne una sola condici6n:
rep
rodu
cir
en la es-
fera misma d
el
Gob
iern
o la distin
ci
6n entre
e
spa
cios publi
co
y
pr
ivado, rec
tu
ven
dota
en
el
segu
ndo. R
ec
luirla en
10
pr ivado significa
aislarla, abandonar la, vaciar la, mnrcarta per
el or
de
nje rarqulcc de los homb
re
s. El mi-
nisrrc Adum
es
el ej
ecut
or mas visible, sis-
tem
at
lco y constante de
es
ra polftica de ais-
lamiento ysospecha en contra de la vicepre-
side nta . En una dcc
le
ra
cton ultima, lam
en
t6
que Rosalfa no estuvi
era
ca
pturada
ent
re los
rehenes del MRTA en la
Emb
a
jada
del Ja-
po
nen Lima.
EX
lr aila
te
mp
o
rali
dad t
am
bie
n la q ue
muestra el discur
sc
del
amor. Como explicar
que Rosi
ta
Pulley recobre toda su presencia
al tono de l
os
ca
ntos de Los Iracundos cuan-
do
en
la vida cotidiana pe
rm
anece silencia-
da, recluida? Como
so
nposibles estes jucgos
en los cual
es
la presen
cia
tot
al
puede
ser
, si-
multaneam
ent
e, ausencia t
ot
al?
Como primer punta, me siento t
ent
ado a
sos
tener
que el discurso d
el
a
mer
CS, sin sa-
ber
lo, un di
sc
ur
so politico, que describe un
[ue
ge
de pod
er
movido e ins
pirado
por la
idea de la c onquista. EI d isc
ur
so del amor es
la re
il
er
a
ci
6n y
re
peric
ie
n del acto de coo-
quista del hom
bre
ha
cia
la muje r. A traves
de los
ca
ntos, la gestua
lidad
, y
las
image-
nes, Abdala Bucaram efe
rc
ra ante nosotros.
nos
10
dernos
tr
eba vivida men te,
es
c
jue
go
sab
re
Rosita Pull ey. Nos record
aba
que es
suya, y que 10
es
a
tr
av
es del amor. Simulla-
nca menl c, e se ge
sto
re
afirmaba una divisi6n
y jerarquizacion de genero, que conduce en
la vida
co
lidiana al silencio de la mujer.
1'
:Se
es su lado parad6jico. D
et
ras del geslo ena·
morado,
com
pro
m
et
ido,
cl
olvido.
Nanc y Har slock ha
es
la
ble
ci
do una inle-
resante
an
alogia de las
re
laciones de gen
era
co
mo relaciones de conquis
ta
(3). Una de sus
ca
racte
risticas es que
en
ella el
co
nquista-
-
"""""
que
el
d/SClJlSO
r
to
gf!S
luaJidod
del
Offl()(
es
eI
fTIOfTlen
tode
su
i6n
de~"'"
elhombre
.
MUJERES, POLITICA YAMOR
dor
se
pre
senta como 10 ''plenamen te huma-
no". No o
bs
tante, esta identidad no pued e
co
ns
trui
rs
e sino p
or
la
pre
senc ia
de
un
"otro" que ha sido previamente devaluado.
EI a
ct
o de conquista
coloca
en el centro de la
relacidn a un ser omnipotente, sup
er
ior, Y
con
str
uye "otros'' m
ar
ginates, con cualida-
des enteramente opuestas e inferiores. En
t
ermt
nos de Harstock, el conqui
sta
dor es un
se
r humano
co
mplete, mi
entra
s "el O
lro
" de..
viene ob
jc
to. "(Que queda del Otro despues
de e
st
e
es
fuerzo por des-human izar aet0a
ella? ElIella es empujado a convertirse en un
objeto. El fin ultimo de la ambi
ci
6n sup
re
ma
del colonizador , elleJla puede existir
so
lo co-
mo una funeion de las necesidad
es
del colo-
nizad
or
; esto
es
, es transformado en simple
colonizado" (Hars tock, 1990, 161).
Vo
lver
se
obieto signifiea ser despojado de la propia
subjetividad, p
ar
a adopta r una que le es aje-
na, impues
ta
,
pr
ecisamente como resultado
una
re
laci6n de poder.
Desde este perspe
ct
ive, podrfamos soste-
ner que el di
scurs
o y la gestualidad del a mor
es el momento de subjetivaci6n de la mujer
per
el
hom
br
e. Lo Cemen ino queda definido
en un unive r
se
dominado
pe
r 10 masculine, Y
esa huella de identidad
se
reafi
rma
cada vez
que el discur
so
del a
rn
or
se
desplie
ga
. Es
ju
st
arnente este erectc simb6lico, que luego
se
tr
aduce en las
pract
tcas y en las tns
utu
-
ciones, el que denuncia Luce
lri
garay a pro-
p6s ito d
el
"yo te
am
o" masculino
hacia
la
mujer. Ese es el memento, diee Irigaray, en
el que la muj
er
es
rr
agada, desaparece. Mo-
mente p
ar
ad6jico y
am
biguo pue
st
o q
ue
a
tr
eves del amor el hombre
se
vuelve un "da-
dor de Vida", un
ser
humano comple
te
,sensi-
ble, mien
tra
sIa mujer ha sido conve
rti
da en
recept
cr
a, en s ujeto pasivo y vacrc que rect-
be la identidad desde
aC
ue
ra
. En ese acto,
cargado de sii
lOi
Cicaci6n, Ia mujer pierde su
p
ro
pio nomb
re
."No ten
em
cs no
mbr
es. Los
cambiamos
cc
nrcrme los hombr
es
nos inter-
cambian y nos usan'' (4). Por medio de es te
ju
ego masculi no, la relacien de pareja ad-
qui
ere
una
ex
eaa
econ
ne
uractcn. EI otr o -Ia
mujer- apa
rec
e
so
lo como im
ag
en del hom-
bre. "Hemos side d
es
tinadas a
re
produ
cir
la
unicidad en la cual, por siglos, hemos sido 10
otro". (Ir igara y, 49
7).
La unicidad
se
vuelve,
por
10
tanto. e
lle
nguaje de la universalldad -
el h
ombr
e- que ma rgina y excluye las d
ir
e-
r
en
cias. La universalidad ccnquista y colcni-
za 10 que se te dife
ren
cia, 10 que rompe su
unidad. Algunos
dir
an
luego, en un a linea
45
s
z:
o
u
-
El
moc
hl
SffiO
es
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bl
ec
e
uno
COfI'
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Ienci
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homb
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or
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prop
ia
m
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wH
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dod
Yv
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Ji
dod
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z:
o
u
-
46
MUJeRES, POLlTlCA Y AMOR
po
st
-moder
ns
, que esc ho mb
re
que unive
rsa
-
liza es, edemas, bl
an
co y het
er
osexu
al
, con
10 e
ua
l se vuelve toda vla m
as
sospechoso.
VIRILIDAD
Y
TRAICION
Ha
br
la que
pro
fundi
zar
sobre el p
ro
bl
em
a
del a
mo
r en
es
te j
ueg
o de conquista, puesto
qu
eIlt devaluacicn de la m uj
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parece
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a se-
g
ui
raun m
om
ent
o
de
ideallzaclon, de
va
lor i-
aaclon
rom
antl
ce
.
Par
10
p
ron
to
, di
re
mos so-
lamen
te
que el a
mo
r
lJ
e
va
en sl e l ger men
de
su propia
tr
ansgresfdn.
Dir cm
os
,entonces. q
ue
en nuest
ra
cu
lture ma-
chista , al m
om
e
nto
dc la
conquista sigue el de la
trat
cton. Bu
ca
r
am
10 ne
dichc e n ncmbre de mu-
chos
h
om
bre s: ''.
..
yo
era un muj e
ri
ego,
mu
y
enam
or
a
dor
r aiempre
tu ve
se
ts, siete novias a
la vee.
Me
Jasctnaban
la
smujeres,
sie
mp
re
me
h
an
e
ne
ant
ado, son
las g
ra
ndes debilidades
de Abd
ul
a''
(5). En la
conreston abdalacista,
cl
"ere''
desc
r-
ibe
el
c
om
pr o
mi
so present e
en la conquista, rodeade
de una ideali
za
cion y ro-
menrt
ae
ctcn de la
mu
-
je
r. Mie
nt
ras
ta
nto, la
"debili
da
d" des
cr
ib e e l
me
mento de la tret
cr
o
n,
des
cr
ib
e a la s muj
er
es
i
rr
es
is
t ib le s ,
aqu
e lla s
que incitan al
"p
e
ca
dn" (6).
10
:1jue
go
de la tr eictcn
es
ta, en
un
o de sus
asp
ec
tos, condicionado por
qu
e el machis
mo
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re
los hom-
bres p
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vir ili
da
d. "
":
ns oc led ad es pa t r
tar
cate
s los
ho m
br
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uye
n su mas cu
lin
idad en
com peten
ci
acon orros h
om
bre s. Los hom-
br es nunea e st
an
se gu r
us
de su
rnasc
ultm-
dad y virilidad. Ccnst
ant
emente tienen
qu
e
pr
ob
arJa ante s f m
is
mos y s obre to
do
bus-
ca
ndo la
apro
ba
cia
n y la acept
de ot
ro
s
h
omb
res". (De la Torr e, 1996, 33). En
es
tc
es
ce
na rio, las m
uj
cre
s
ap
arec
en
co
mo
pre
·
se
as
de Is auto-afirmaci6n masculina,
A traves de la com
pe
te
nda
de vir ilidad no
solo se produce la Iraici6n s ino una sistema-
tica
co
ns
t
ru
cci6n de 10 f
em
enino en termi-
nos negatives, en termtnos de 10 que no se
debe
ser. Un e
je
mpJo es el "dtscurso de los
pan talone
s"
que
se despllega s
is
tem
at
ica-
me nte
en
el campo politico, y
que
ha
sidu uti-
lizado, a su tiempo, por la mayo
na
de qu
jc-
nes han desfiJ
ad
o por la
pr
esidcncia de la
Rep
ub
li
ca
.£ 1 "di
se
u
rso
de los pantalones"
ha sido un r
ec
u
rso
pa
ra
afirm
ar
la idenridad
presideneial en su val
ent
ia de
ma
cho. Abda-
la 10 repite msistcntemente.
1.0
remarco duo
rente la
ul
ti
ma cadena nad on
al
en
la
cu
al
a n u nc i6 l a t
em
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bilidad: " Yo
sf rengo los pentalo-
nes
pa
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", di-
jo. Alguna vez Borja
tambien
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Fe
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bre s Cordero de se r
"
el
Uoroneito de Tau-
ra, eoba rde por natu-
raleza... q
ue
solo es
hom
b re c ua n
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rrecho''
la To-
rr
e, 1996, 26), Aua us-
tfn Cueva tambien reo
eue
rd
a la im
ag
en del
"hombre con los pan-
talones bi
en
puc stos "
que se fue c
rce
ndc de
Febr
es
Co
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nt
e la ce mpaaa
electoral de 1984 (7).
El d is c
ur
so de los
panralones a veces se
"
ra
dicaJiz
a"
y
hab
la
ya
no
de
mar
ica
s, co-
b
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des, enanos, a ni-
nados, s ino del lama-
no de los genitales,
de
cojonee, y basta de la
dc nsidad del
es
pe
rm
a. como nos
re
cucr
da
Cue
va
a
prop
6sito de Feb
re
s Cordero y Bu-
ca
ram (8)_ Cue
va
sos
ti
ene que
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as expre-
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tido mas r udim
ent
ario
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v
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l
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y mas de-
rechiz
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c que pu
cda
co
nc
eb
ir
se
, a medtc
ca
-
mino en
tr
e el m
at
onismo ancladc e n la peor
tr
adi
ci
6n c
ri
olla y un conccptc de
vir
ilidad
ttp
lcem
ente
resctsee". (Cue
va
, 1988, 116).
En
nu
es
t
ra
cultu
ra
de
gene
ro
otra forma
de
a
la
ca r a los en
em
igos c s femini
u\
ndolos.
Carlos
de
la
Torre
narr
a en su Iibro c6mo
cJ
mismo Buc
ar
am f
emi
niza ba su voz cuando
cuestionaba a s us
enem
igospoliticos de
sde
cs
te
man
cj
o de la ide nti
da
d de g
en
ero (De la
Tor re, 1996, 39). La fem
en
ino es
tran
sf
orma-
10
fmg
mell
taciOn
de
10
~
m
Mf
r
lO
,-
modo
s
disti
nlos
de
cOfIS/Iuir
el
CUf'fPO
tit!
Ia
m
ujer,
a
/I
o
...es
de
los
wa
les
lombien
Ia
se
xlKJlidad
oporece
fragmentado,
escindido
do en sin6nimo de debilidad, fragilidad, es
jerarquizado como Inr
eno
r: las mujeres que-
dan reducidas a un
objc
to de poder y con-
q
ui
sta. EI poder esta en ser macho-hombre,
metarora suprema de l poder en las socieda-
des
re
mer
cales. Tom
ar
medidas duras, por
ejemple, es cosa de quienes tienen pantalo-
nes y no falda s. Las muje
re
squedan
au
toma-
ticamente excluidas de este manejo del po-
der, y por 10 tanto, de la
es
fera
publi
ca
de la
politica.
LA
AMANTE
Y
LA
FRAGMENTACION
DE
LO
FEMENINO
En esc campo de
inseg
urid
ad sobre la
masculi nidad,propia del machismo,
se
gene-
ra Ia t
ra
ici6n y se const ituye la Ilgura de la
aman
te
. Una r
er
cera fig u
ra
Que cruza l
as
c1
as
es
sociales, las regiones, pa
ra
ester pre-
sente en rode relaci6n institucionalizada, for-
malizada, de par
eja
.
Que
sig
nif
iea
la
p
resencia
de la
ama
nte
para el d
iscur
su
d
el
am
or-conquis
ta
? Yo di-
rfa que
nene
erectos desvaneced
or
es. No de-
saparece,
perc
queda como re legado a la me-
moria, al
recue
rdo
. Se esconde pa
ra
reap
ar
e-
cer espo
radi
camen
te
en ocasiones
espec
ia
-
les. Las mu
je
res
co
nq
uist
adas
,
casadas,
pa-
san a vi
vir
el
amo
rcomo r
ec
uerdc -el
case
de Rosita Pulley en
la
p
rese
ntaci6n d
el
CD
10
il
ustra
bien- como 10 que
rue
. EI
am
or
es un
tiempo pasado, re
at
do p
or
evocac
tones nos-
talgtcas
en
meme
n
tos
so
le
mn
es
. St
rve
de
consue
la
para
romp
er
,
en
los instantes de su
ret
orn
o, un distaneiam
ien
to que par
ec
e ine-
vitable. Su r
ea
parecimi
ent
o
cica
triza, de al-
gun modo,
la
relac
ion conqui
sta
-traici6n.
La
se
paraci6
n es
ta
ma
rcada
,
co
mo ya
se
dijo, por la
prese
ncia de la
ama
n
te
. Si bien
Ia amante
se
constituye f
uera
del espacio f
miliar -que es,
por
definicion,
res
ultado del
amor-
co
ndiciona y de
te
rmi
na
e
se
es
paci
a.
Los
"a
man
tes"
, en e
lle
ng
uaje
ec
uator iano,
son figu
ras
que sur sen fu
er
a de los Ifmites
de la
relac
ion marital, familiar.
Para
consti-
tu
ifse
, p
ar
a
surg
ir,
pa
ra
irrumpir
, ti
enen
que
violar la relaci6n m
ari
tal,
ese
redu
cto
donde
queda encer
ra
do y c
la
usura
do el
amor
que
lO
dea a la conquista.
Este
escenario
nos rem itc a 10 que nos han
revelado Marfa Cuvi y Al
ex
andra Martinez
en su
tr
abajo
sobre
las
mujere
s
de
Palo Ver-
de, un "pueblito caluroso de la costa ecuato-
riana" (9). "Los conflictos mat
ri
moniales
C&
MUJERES POLITICA Y AMOR
mienzan
cua
n
dc
el
homb
re
es
tabl
ece
una
re
-
laci6n pe rmanente
co
n
otra
mujer
. La aman-
te 0 'la otra', como ellas la denominan,ocupa
un lugar
pr
otagonieo en
es
te dis
curso
, con-
virtte
ndo
se
en
pa
rte
co
n
sti
tutive del pla
cer
ma
sc
ulino que las mujeres
rec
hazan. (...) Im-
potentes, las
mujere
s
de
Palo Ve
rde
viv
en
10
extr edome s
nc
c como una
co
mfab
ula
ci
6n
ma
sc
ulina" (Cuvi, Martinez, 1994, 12·13).
La
Iig
ur
a de "Ia otra'', de la infide lidad, de la
tr
ai
ci
on, esta I
nscrt
ta
en el mismisimo uni-
ver
so
del a
mor
m
ari
tal. Para las m
ujere
s de
Palo V
er
de
, el
amor
tiene un
si
gnificado
do-
toro
se
: es el
if
y
vemr
de su
es
po
so
desde la
ame
me
. "El matrimonio no les
ofrece
ntngu-
na seguridad, y el amor antes que un se nti-
miento
abst
racto, un deseo, es concreto, os-
cue
en
tre
el
amor y el desarnor, de acuerdo
co
n los caprichososvaiven
es
de una sexuali-
dad m
asculi
na incon
tr
olable a la cual
elia
s
de
be
n aco
modar
se, entienden el
amor
como
el ir y venir de los
mar
idos hacia y de
sd
e '
Ja
o
tra
' ". (Cuvi, Martinez, 1994,30(31)
La
p
rese
ncia de "la
otra
" fragmenta 10 fe-
m
en
ino
entre
mu
je
re
s buenas y mujeres ma-
las, siendo
las
bue
nas una equiva
le
ncia
de
madr e-espo
sa
-casta. Su propia expe
r-ien
cia
del
am
or
, ha llevado a
la
s
mu
j
er
es de Pa lo
Verde a de-cons
tru
ir y fragme
ntar
las
ngu
-
r
as
de
muj
er
que e
ma
nan
de
ldrscu
rso
y la
pr
a
cu
ca ma
ch
i
st
as. Es una I
rgam
e
nta
cion
que Ileva implf
ci
to un
[uego
de poder en
el
eual la
au
tovalc
rec
lon
aco
mpaaa
afa deva-
luacien de "fa
ctr
a". "Es un di
scu
rso
refe
r
en
-
da
l, basado en su expe
riencia
de e
spc
sa
s: la
va
lorad6
n de
su
smaridos y de 'la otre' estan
ca
rgadas
de
neg
at
ividad. Peru
10
ma
s Impor-
tan
te
es
que mi
ent
r
as
van
ca
lificando a sus
oponentes, nos van mos
tr
ando come
el
signi-
fi
cad
o de 10 femenino
se
parte
en dos tree-
cion
es
que
se
openen; la buena
mu
j
er
f
re
nte
a la mala muj
er
". (Cllvi, Martinez, 1994, 19).
EL
(UERPO
DE
LA
MUJER
EI t
em
a de la a
man
te
y la vio lacion
del
amor marital nos lleva, sin duda, al tema de
la
sex
ualidad y del
cu
erpo. De
tra
s de c
sta
hi-
p6tesi
s
es
ta pres
ent
e la
d
i~c
u
s i6
n
so
bre la
re
laci6n genero
-cuerpo
de
sar
ollada
por
las
feministas post-mode
mas,
in
spi
ra
das
en
al-
gunos planteamientas foucaulteanos (10). En
Vigilar y Cas
li
gar Fou
ca
ult desa
rro
1l6
la te-
s
is
de que el
cue
rpo
se
eon
sti
tuye en un
cam
·
pa de poder. "EI
cu
erpo
esta
inmerso en un 47
VJ
o
z:
o
Sd
lQ
~
CtJe
fPO
es
e!
co
eoode
Ia
mu
le
r
ene!
dlSCUfSO
del
""""omo
conq
Uis
fa,
y
que
cuerpo
es
e!
delam
uier
am
an
te
1
~
z:
o
u
-48
MUJRES,
POUllCA
Y
AM
OR
campo
poUtico; las relaciones de
poder
ope-
ra
nsobre el, 10 cercan, 10 marcan, 10 dcman;
el cuerpo, en buena parte, esta imbuido de
relacton
es
de pcd
er
y de dominaci6n" (
11
).
En el primer volumen de la Hist
or
ia de
1a
Sexualldad, Foucault conect6 Ia te
manca
del
cu
erpo
con el sexo,
pa
ra definir 10 que llam6
et bio-ped
er
. "A traves del de
sp
liegue de
13
sexualidad, e l bio-poder e
sp
arcl
e sus redes
hasta los mas intimas pulsiones del cue
rp
o y
las mas minus
cule
s fibras del a
lma
" (12).
1.0
que Foucault cuestiona en eS
IOs
tr
ab
aj
os
es
la
idea
de que la sexualidad y el c
uerpo
ten-
gan sus Iundam
en
t
os
en
18
na
tur
aleza y en el
dominic bio
lO
gico. "Como gen
eal
ogis
ts
, Fou-
cault plantea la cues
uo
n de 1a
se
xualidad en
te
rm
mos estrtctamentc hi
st
6ricos; la sexua-
lidad es una
co
nst
ru
cci
6n
hist6ri
ca
, no un
re
-
f
er
ente biol
eg
j
cn
subya
ce
nte". (Dr
ey
fu s, Ra-
binow, 1983, 168). Uno
de
los poles del bio-
poder es el cue
rpo
co
mo objeto de manipula-
cion. (Dreyfus , Rabinow, 1
34
).
Es ju
st
amante
es
te
de
bate el que ha sldo
ampliado ypr
ofund
izado
pe
r algunas femi-
nistas po
st
-m
cd
ern
as. EI punta importa nte
es
que si bi
en en
toda sociedad se puede
en
-
con
tr
ar algun
tipo
de distinci6n e
ntr
e h
om
-
b
re
y mujer, yestas distinciones estan refe-
ridasal cuerpc, diferencias -a v
ece
s incluso
sutil
es
- de como es
ente
ndido
el
cu
cr
po, tie-
n
en
im
plic
acion
es bas i
ca
s
pa
ra
definir
10
que significa ser hombre ymujer, a la vez
que generan impo
rt
ante s
dif
ere
n
cia
s en las
pr
actj
ca
s sexistas. (Nicholson, 1995, 56).
Ju
-
dith Butler se mueve
en
las mis ma Hnea.
Ella impugna la imposi
ci
6n de una
mat
eriali-
d
ad
del cuerpo q ue es
ca
peere a l
os
juegos
discursivos, se colocarfa fu
er
a de ellos, los
evitar ia, para preservar , pr
ec
isamente, su
tran sp
ar
en
cia material. Butler, como Fou-
ca
u
lt
en la Historia de la
Sex
ualitlad, cree
que se debe ha
ce
r la gencalogla d
el
cue
rp
o
para de
sc
ubr
ir l
as
relaciones de p
ode
r que
10 han con stituido. 5 i bien Nicholson yBu-
tler sostienen que el cuerpo funciona com o
pri
n
ci
pia de dife
re
nci
aci
6n
, tam bien
cr
e
en
que eI cue
rpo
e
st
a
suj
eto a
mu
ltiples cons-
tr uccione s, ypor 10 tanto, es un
ca
mpo de
problematizaci6n cn las relaciones de gene-
ro.Sob
re
estos
pre
supu estos pod
emo
s ha
ce
r
las siguient
es
pregunlas: (Que cue
rpo
es el
cucrpo de la mujer en el discur
so
del amor
como
co
nquista, yque cucrpo
cs
cl de la mu-
jer
amante
? Los testimonios de las mu
jere
s
de Palo Verde nos
of
r
ec
en
una clave de lec-
t
ura
.
La
mujer buena es la mujer maore.es-
pose-casta , La mujer mala en cambio se de-
fine por opos ici6n a esos valores. Carlos de
la Toore, en su tra bajo sobre Bucara
rn
, 10 ha
planteado de un modo mas explicno:
"La
di-
co
tomia virgen-puta regula 1a vida de las
m
ujer
es manteniendolas dentro de la es f
er
a
privada yb
aj
o el control s
ex
ual de s us pa-
dr
es
,maridos, yher manos. Cuando las mu-
je
res romp
en
con (los roles
rr
adtcionales de
gene
rc
en
una sociedad pat
riar
cal), con los
este
re
o
upo
sque regutan las
es
fcr
as
de las
relaciones sociales,
..
_son constderadas pu-
tes''. (De
la
Tor
re, 1996, 35).
La dieotomfa vir
ge
n-puta implica des for-
mas di
st
intas de con
ng
urer el cuerpo de la
mu
je
rypor 10 tan to
su
propia s
ex
ualidad.
Int
ent
emos descri
fr
ar 1a dicotomta atreves
de la fi
gur
a de 18 virgen.Como el cucrpe de
la m
uje
rse pu ede conve rt b- en un
eue
rpo
virgen? Yo dirfa que a
tra
ves de des op
era
-
clones: inscribi
end
ulo en un universe catclt-
co
en el c ual el alma apareccmas alia del
cuerpo,
co
ntent
end
olc; yper otro l
al1o
_a
lo-
jan
do e
sa
alma en ona concepcion biologica
del
cue
rp
e, con enfasis en la reproducci6n.
V
eamo
s el tema del alma. Foucault tam-
bien ha demos
tr
ado que eI alma es una for-
ma de entrar al cuerpo. En
vigilar
yCasti-
gar
ta
de rini6 com o "una p icza en el dominio
que el pod
er
e
je
r
ce
sobre el
cuer
po. EI alma,
efecto e instru mento de una anatomla poltn-
ca
; el alma,
pr
isi6n del cuerpo". (Foucault,
1987
,36
). Me apoyo en la Inte
rp
r
eta
cion de
Ju
d
ith
Butler
sc
bre el
tra
bajo de Foucault,
para sostener,
co
n ella, que
"e
lalma se vuet-
ve un ideal normatlvo yn
or
malizante segun
el eual el cuerpo es entreoado, formado, cu
l-
tivado, investido;
es
un imaginariu hist6rico
espl.
'C
lfico b
aj
o el
cua
l el cuerpo cs cfectiva-
me
nte m
aler
ia
lizado". (BUller, 1995, 33).
£Sta ing
en
ieria del eucrpo atraves de l alma
la
debemos
en
buena parte al
cat
olicismo.
Qu
si
era
prop
on
er aqui la id
ea
de que
c1
di
scu
r
so
del amor, en nuestra cultura
ca
loli-
ca, apunta pre cisame nte a la cO
liQ
uista del
alma de la mujer , a una idealizacion de ella
mediante la figura de v
ir
ge
n. La
rre
gunta
es:
(q
ue seduce yconquista Buca ram cuan-
do se tran
sf
o
rma
en "un
loco
que am
a"
,
cuando se dirige a Rosita Pulley con las me-
lodias de Los
Ir
acundos? No el cuerpo, por
su
puesto, sino un alma a la que se asocia
con la
pur
eza yla vi
rg
inidad de la mujer·ma·
dr
e-ca
sla
. Que
c1
"alma" esta pres
eOl
e en el
universo discursivo abdala
ci
st
a, 10 muestra
I
MUJERES POLlTlCA Y AMOR
su alus i6n a l "per d6n"
dur
ant
e 18
re
ci
ent
e v
sita al Peru: "Pe
rc
un perden aut
ent
ice", p
i-
di
o, "que nazca del alma ycon sentirnientos
cristianos. Debemas perdonarnos p
ar
a po-
der
ama
rn
os
" (13). Hay a
Uf
una c
ur
iosa e in-
t
ere
ante interconex i6n en
tr
ealma, amor y
c
ri
stianismo.
En el
ce
totictsmo
ha
y una ma
te
rializacion
del cuerpo a treves de un alma idealizada.
En un coment
anc
al libro EI Muro Interior,
Carlos F
ern
andez de C6rdova describe bien
comoope
ra
sabre la sexuali dad la v
ers
i6n
catdlica sa
bre
la monogamia. "Si el hom
bre
y la muj
er
se aman, la mu
je
r ama mas al
homb
re
. y la
mujer
oeupa una posicion eta-
ramen
te
subordinada al homb
re
. Y el plac
er
sex
ual
es
un ele
mc
nto prescindible"(14).
Agrega Fe
rn
andez de Cordova que en
In
vi-
sion
ca
t61ica del
mat
rimonio "el p
lac
er
se-
xual no era el punto
cul
ml
na
nre de
la
rela-
ci6n conyugal, sino la
procreacio
n. La e
sf
er
a
del plac
er
sexual est
ab
afu
er
adel m
at
rimo-
nio, en una zona raja de mu
jeres
cat
das
y
pe
rver
siones''.
Este dualidad y fr
agme
ntaci6n de 10 feme-
nino a treves del
cuer
po, ins
cr
tto
en
una
cier
ta disc
urs
rvidad, se ex
pre
sa tambien de
ctro modo: a traves de las di
co
tomlas ent
re
un interi
or
tel alma) y un ext
er
ior (el cuer-
po), y
entre
la pureza y la pa
si
6n. (
Ir
jga
ra
y,
500).
Es
una f
ragme
ntaci6n que, inevi
tab
le-
me
nte, lIeva a la culpa.
1-
:1
de
splieg
ue
de la
pasi6n viola
18
pureza.Asu ve
x,
1a
PU
re7
.B
in-
h
ibe
la pasi6n,
1a
subordi
na, yIa some
te
a fi-
nes su
per
tores
: la cr ianza de los hijos y el
dominio de 10 m
or
al en el a mb ito familiar .
La pur
eza
viene del in
ter
ior, de 10 mas pro-
fundo, de aquello que la
con
fesi6n
ca
t6li
ca
ha
tra
ta
do p
er
man
enl
em
ent
e de cultivar y
pre
server
en
las muj
er
es desde ninas. Ir jga-
ray ha
cri
ticad
o
ra
dieal
me
nte la id
ea
de la
int
eri
oridad yla p
ureza
como una
co
n
str
ue-
ci6n del pod
er
masc
ulino que las define en
relaci6n a
la
ap
ro
piaci6n de la
muj
er
.
Par
a
los ho
mb
res.
"vi
rge
n signifi
ca
no e
star
aun
m
arc
ada por
el
los, para ellos. No
tcd
avfa
muj
ere
s en sus t
ermi
nos.
aon
no im
pres
as
c
on
su
sexo, su lengu
aj
e. Todavla no p
ene
-
t
rada
s0posesionada
pa
r elia
s"
.(Irigar
ey,
500).
La
femenino, en esre esque
ma
,aparece
so
lo
co
mo una huella de
10
masculine. Irtga-
ray sostiene
la
imposibiJidad de
co
nside
rar
el
cue
rpo
de In muj
er
en
la f
ragm
entaci6n,
to eual co
ns
tituye una resistencia a una f
or
-
ma de poder. "
Pre
servar
el
se
rinte
rior
?Pe-
ro
si no
ext
s
te
sin 10 otro. No
te
desgarres
La
pu
r
eza
yel
cuerpa
vi
r
gen
de
fa
rrnJje
r
-esposa
SOIl
los
ejes
s
abre
los
cuales
se
COIlstruye
eI
discurso
del
arnOT
en
es
to
sociedaddc
tradidOn
cu/6Jico
La
frogm
en
taci6n
de
10
Te
men
i
no,
en
10
CtKJ
/
seo
mueve
fa
mu
jet
,
ho
Mo
que
verla
como
eI
efMo
de
juegos
depoOO
,
~
y
conqu
lSta
pot
porte
de
los
-
MUJERES
,
POLITICA
Y
AMOR
entre opciones que te han srdo impu
es
tas".
(Ir igaray.
5OO
).
Para
con
cl
uir
, dire simplem
ene
que 1a pu-
reza yel cuerpo virgen de Ia mujer-esposa
son los ejes so
bre
los cuales se con
stru
ye el
dt
scur
so del emor. Mien
tras
tant
o, el placer
pasa por la violaci6n de esa construcci6n a
treve
s
de
18
amant
e-pu
ta
. EI al
ma.
co
mo ob-
fete de
cc
nqute
te
,des-
er
cuee el cuerpo.
Mientras t
ant
o, el
cue
rpo de 18
ama
n
le
es
el
c
ue
rpo
erotizado
de
l p
lac
er
y el deseo. EI
cuerpo de la am
ante
, como cuerpo erotica,
desata "
18
debilidad"ylas "pasiones"
de
los
hombres. Ah
ora
bien,
10
Importan
te
es en-
tend
er
que si Is
ama
nte provoca esa "
irru
p-
cten" m
contrel
able de la
sex
ualidad masculi-
ne, es
so
lo porque e
sa
mi
sma
se
xualidad tie-
ne
co
mo
co
n
tra
pa
rte
el
a
lma
de Ie mu
je
r
conqutsreda. En
es
ra dualidad, en
es
ta dico-
tomla, l
os
dos palos a la
ve
z
que
se
co
mpte-
m
ent
en
,
se
ex
cl
uy
en
.
ADVERTENCIAS
FINALES
Es diffcil
se
fta
lar
q
ue
rela
ciones amorosas
y
mac
his
tas
int
erpret
an
este
rr
eb
ejo
. A que
mu
jere
s y a qu e
hombr
es, y de q
ue
clases
socia
le
s,
re
giones, "razas",
corr
es
ponden las
de
finciones
que
se
han int
entad
o en
es
te tee-
bajo
. A
cas
o a la
se
xuali
da
d de Abdal
tl.
y los
secto r
es
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res
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os
de
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orre
c
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que
mucha
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icas
a Bu
caram
por su gestua
li
dad
en la
ta
rima se deb
en
a
q
ue
recr
ea
element
os
de la sexualidad de los
sec
to
res
populare
s
rec
hazados y repugnados
pa
r
las
cra
ses
d
omin
ant
es. (De Ie Tor
re,
1996, 29).
Dif
£Cil
poder
sos
tene
rl
o
ta
n
ce
te
-
g
6ric
am
ent
e.
Es
cl
aro
que
much
as
de
la s
pr
a
ct
i
ca
s
ana
lizadas cruzan las
Iront
er
as de
cla
se
y de
re
gi
6n
. Cu
ant
o de 10
que
apa
rec
e
como
"se
xuali
da
d
popular"
pu
ede
se
r impu-
ted
e tambi
en
a las
cl
as
es altas.
Per
o
es
tam-
bi
en
c
la
re
que
no
se
puede
univer
salizar
una
cie
rta
relaci
6n
de a
ene
rc
p
ar
a t
oda
la
socie-
dad.
En
es
te
a
rtic
ulo he int ent
ad
o d
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y
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algunos elem
en
tos de
la
cult
ura
machi
st
a
de
nue
stra
so
ci
eda
d. En
el
futuro
habra
que v
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de que modo l
os
juegos alre-
ded
or
d
el
ge
nero
, esas di
cot
omias
sabre
el
p
la
ce
r y la
pure
za, la espo
sa
y la amanre, 1a
p
resen
cia
y la a
use
ncia, e
ntr
e mujeres bue-
nas y malas,
est
an
pre
sen
tes
en
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da cuer-
po., y de q
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efin
en
una div
er
sidad
de
rela
ciones
de
ge
nera
.Se pod
rla
mvestt-
gar que
el
ec
ei
6n
de cuerpo y sexualidad han
h
eche
las mu
jer
es a pa
rt
ir
de
las opciones
dejad
as
a
eli
as por los h
omb
res, y de que
modo
esas
opciones son resiatidas. 0 tal vez,
tambi
en
, de que modo e
sa
fr
agmentaci6n es
vivida
dentrc
de
cada
cue
rpo.La fragmenta-
ci6n de
10
femenino, en la
cu
al se mueve
la
mu
jer
,
habr
fa
que
verla como el erecro de
juego
s
de
poder, dom
in
a
ci
6n
, y con
quista
por p
ar
te de los hom
br
es,
co
locados como
eje
de las
rel
a
ci
ones de
een
ero
.
Ser la una
eq
uivocaci6n, sin embargo, pen-
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r que
esa
f
rag
mentaei6n es superable me-
dian
te
la r e
co
nsti
tu
ci
6n
de
1a
"unidad", 10
c
ua
l nos p
odrf
a
ll
ev
ar
pe
li
gr
osa
ment
e a
ese
ncializar
sab
re
1a mu
jer
. Siemp
re
ha
bra
d
is
tintos modos de co
ns
t
ru
ir 10 femenino y
10
masculino. La que hay que evitar
es
que
esa
fra
gme
n
tac
i6n, e
sa
diversidad y multi-
plicidad de fo
rma
s pos jbles, se u
rg
anice bajc
f
orm
as dico
tc
mtces que d
ej
an a
la
s mujeres
y a los h
ombre
s at
ra
pados en relaciones de
je
ra
rq
ufa,
co
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tes
de
sv
entaj
as para
las muj
ere
s, y privilegioa p
ara
l
os
hombres.
Ha
br
tl.
q
ue
ver
de q
ue
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las di
cot
om
fas defin
en
re
laci
one s t
en
ses y
vio
le
n
tas,
pa
sajes
no
re
su
en
os
en
t
re
uno y
otro, transeccto
nes
imposibles de ser reali-
ze
da
s
pa
cfficamente. Me imagino, por
eje
m-
pia,
en
el
desamor como
ese
ir
y venir de l
os
e
sp
osos bacia y
de
sde
l
as
amantes. Se
tr
ata
de
punta
s de
fri
cci
6n
yconflicto que d
ej
en
un amplio
mar
gen
par
a la violencia, Ia trf
st
e-
za y e l dolor.
H
abra
que ubi
car
, finalm
ente
, a e
sa
s mu-
j
ere
s y a esos h
ombr
es, y a
1a
relaci6n ent
re
sus
cu
e
rpos
, en ccnrextcs hist
6ri
cos y cultu-
rate
s
pre
ci
sos, y
rec
onocer
que los valores,
buen
os y
mal
os, atribuid
os
a ca da uno de
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os
,
so
n
arbitraried
ades; e
st
o es . no
re
spon-
den a ninguna
le
y
natur
al ni a e
se
ncias meta-
ffsi
ca
s algunas. Hay que v
er
es
tas
const
rue
-
ei
o
nes
co
mo
esp
ac
ios ab iert
os
a cuestiona-
mie
nto
y
revi
si6n.
~
z:
o
u
-
50
Ag8dezoo.
Margarita
G6mez
de
La
T
orre
,
Ma-
ria
Cuvi
yAlexandra Matlinez.
pol'
5US
alI1'6"Urioe
a
ww.
....
sio6n
Pi_
I
_IV
de
esle
artio.Ao
.
1.-
De
II Torre,
CMos.
Un
Solo Toque:
Pop.
mo y Cultura Politica
en
Ecuador. Quito,
CMP
.
1996,
pagna
33
.
2.
·"AbdaWI
no
sdo
dol
una
serenata
aI
pueblo pa-
ra
cpt
Yde por
61,
tanililIn i'wita
aI
puebb
que
10
....
bailar
con
La
lutura
vicepresidenta
FlosIfa
Artea-
ga
q.Jt
como
61
mismo
lice
es"t.na doctor&, dentis-
ta.
pencnsta, soci6«lga. una gran maestra y.
8flCi..
rna
dB
810.
un
a
rnut&r
muy
g..apa',
En
tonoes Boca-
ram
,ef hO
liobi
e del pueblo. est8
seduclendo
una
guapa
nqe
rde clase social mas alla, personificada
en Rosa
lfa"
,(De la T
Of
re. 1996, 33).
3.-
Ha
r8lock, Nancy. "Foucault and Power: A
Theofy
lor
Women"
, en Feminism and Postmoder-
nIsm
.
«fled
by Unda
Nicholson
. New
YM,
Routled-
ge.
199O
.
...·
Irigaray
.
uee
,
"When
ourlips
speak
together".
'4rtas
autota
s,
pa
ginas 4
97
-498.
Re
sella
biobIagr
a-
lea ill
::
Oliii
PIela.
5.-
la
s
verdacIes
de
AbdaI!.
Quito
,
EI
Due
nde
,
1
990.
p4gina 14.
(EI
Stb"ayacb
es
mio
).
8.-
AaI
fie
JWfri6
AbcIal'
de
las candIdatas aReine
cIeI
8anlwxl
que Ie viSitaroo en el
~
presi.
deocial a"
pol'
octlbAt.en los
incios
mismos
del
MUJERES POLITICA Y AMOR
bucaramismo. De elias
dip
que "Incitaban aI
peca
-
ee
".
7.-
Cueva.
Augustin,
El
Proceso de
Dornnac:i6n
PoIftica
en
eIEo
'adcY
(edidOn
c:onvgidlI
yaumenta-
eta
).
0Ul0
.PIaneta.1988, p8gina 115.
8.- Estin las ya cdl
ebce&
dedao«:iol.es
de
Abda-
Wi
Bucararn
aI
cI8Iio espaflol
El
Pais,
818
de
Iebrero
de 1988.
9.-
Cwia,
Marla, yMarti
nez,
Ale
lWda
.B
'-Uo
Interior
.
0ui10..
Cep!aes-Abya.Yala, 1994.
10
.-
De
L.Jnda
Ni<:holsoi.>
veas.
su articulo '
l'll
er-
preting
~.
en
Social
Postmodem.sm,
e
pol'
U
ncla
Nic:hoIson
Y
Steve
Seidman.
New
YorK.
ca
mb
lid
ge
LlniYe
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995
.De JUIith
Butler
v8ase su
6bro
Bodie
s1hal M
atter
.New
YOf1(,
R0u-
tledge. 1993,
pa
ginas 27·
57
.
11
.' Foucaun, M
ictle~
Vigilar y castigar. Me:rico,
Siglo
XXI, 1987,
pAgina
32
12.- Dreyfus, L Hubert, y Rablnow, Paul, Michel
Foucau
lt
Beyond
Structuralism and Hermeneut
iCS
.
Chi
ca
go, T
he
Univers
ity
01
Chi
cago
Press, 1983 .
Pagina 169.
13.- EI
Comer
cio,enero22, 1997,. Pligina A·2.
l''-·Agradezco a Alexandra
Marti
nez y a Maria
Cuvt
pol"
haberme
p
ropol
Ciol
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una
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co-
rneotario
QuE!
Carlos
Ferna
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de
COrdova
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Iibro
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50 presentaci6n al
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51
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