La separación de los sexos: educación y relaciones de género

AutorAna María Goetschel
CargoProfesora-investigadora de FLACSO-Ecuador
Páginas124-128
ICONOS 124
Ana María Goetschel*
En los últimos meses se ha debatido en Qui-
to un tema que aparece como anacrónico: las
ventajas y desventajas de la educación con-
junta de los dos sexos, de la coeducación1.
En este artículo me interesa mostrar que el
debate sobre la coeducación no es nuevo,
que ya fue tratado en el pasado, aun cuando
en un contexto histórico y de pensamiento
diferente: de secularización y de tránsito a la
primera modernidad. Actualmente, a pesar
de que hemos entrado en el siglo XXI y de
que aparentemente se ha producido un avan-
ce en las relaciones de género y en las con-
cepciones sobre educación, los términos del
debate son prácticamente los mismos que los
del pasado. La ventaja de acercarnos a la his-
toria es que nos ayuda a tomar la distancia
necesaria para entender las condiciones ac-
tuales de la educación, así como las formas
en que son representadas cotidianamente las
relaciones de género.
La educación
La educación fue uno de los campos de lucha
ideológica más importante en Ecuador du-
rante el siglo anterior y especialmente duran-
te el último tercio del siglo XIX y la primera
mitad del siglo XX. No hay que olvidar que
la iglesia había basado buena parte de su in-
fluencia sobre la población en el monopolio
del sistema escolar, y que esa situación se vio
reforzada a partir del proyecto de civilización
cristiana emprendida por el presidente García
Moreno a finales del siglo XIX. El gobierno
de García Moreno estaba interesado en for-
mar una elite blanca ilustrada capaz de llevar
adelante ese proyecto. Por un lado se interesó
en la formación técnica y profesional de los
hombres, capaces de intervenir en el mundo
público, y por otro lado en la instrucción y la
educación moral de las mujeres para que
cumplan de mejor manera su rol de madres y
esposas cristianas. García Moreno había esta-
blecido que “habrían dos tipos de escuelas, de
varones y de mujeres, y donde hubiera una
sola habrá necesariamente una clase de niñas
completamente separada de la de niños y a
cargo de una mujer honesta, en presencia de
la cual el institutor de la escuela dará la ense-
ñanza”2. Tampoco las escuelas particulares po-
dían tener alumnos del mismo sexo en las
mismas clases, bajo pena de destitución y
multa. Lo mismo ocurría en el caso de que
una escuela de niñas estuviese bajo la direc-
ción de un hombre.
A pesar de las leyes impartidas por los go-
biernos liberales y de erigir el sistema laico
como parte básica de la institucionalización
La separación
de los sexos:
educación y relaciones de género
* Profesora-investigadora de FLACSO-Ecuador
1 El artículo es parte de una investigación más amplia
sobre la educación de la mujer quiteña auspiciada por
Wotro (The Netherlands Foundation for the Advan-
cement of Tropical Research). 2 Ley de Instrucción Pública de noviembre de l871.

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